Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://elijahfzqz856442.pages10.com/la-historia-jamás-contada-del-cabezazo-de-zidane-73857629